El Lago Titicaca tiene repartidos sus 8.562Km2 entre Bolivia y Perú. Antes de descubrir la preciosidad del lado peruano de este gigantesco lago, pasamos 2 días en Copacabana, la parte boliviana. Ahora que hemos visto las dos partes… ¿cuál es mejor? Realmente no hay una respuesta; de la parte boliviana nos encantaron las vistas desde lo alto del Cerro Calvario en Copacabana, pero el lado peruano tiene mucho más encanto en lo que al lago se refiere!
En este post te cuento cómo visitar la parte peruana del Lago Titicaca, un puñado de curiosidades y con qué empresa realizar el tour!
¡Bienvenidos, de nuevo, al lago navegable más alto del mundo!
Tabla de contenidos
¿Cómo llegar y dónde dormir en el Lago Titicaca peruano?
Puno es la ciudad que preside el lago peruano del Lago Titicaca, y fue nuestro primer destino en Perú; llegamos desde Copacabana en Bolivia y cruzamos la frontera entre estas dos ciudades que presiden el lago en cada país. Seguramente sigas la misma ruta que nosotros o, al contrario, llegues desde algún destino del propio Perú. Sea como sea, el transporte más rápido, económico y cómodo es el autobús.
Si quieres saber precios, horarios te recomiendo que preguntes directamente en las terminales o intentes encontrar información en Google, aunque nunca suele aparecer más del 20% de las rutas y horarios que hay en realidad.
¿Dónde dormir en Puno?
En cuanto al alojamiento en Puno, nosotros acertamos de pleno; habitación privada con baño privado y desayuno incluido (buenísimo) por 10€/noche, ¡5€ cada uno! El hotel se llama Nak Hotel y sin ninguna duda te lo recomiendo para tus días en el Lago Titicaca peruano!
Esta oferta, como casi siempre, la encontré a través de booking.com; te recomiendo que busques y compares según tu presupuesto, y si es desde mi enlace me harás un favor (me llevo una pequeñísima comisión) y a ti no te costará ni un céntimo más! 🙂
¿Cómo visitar los Uros y la isla de Taquile?
Sí, los Uros y la isla de Taquile son el principal atractivo del lado peruano del Lago Titicaca, por lo que los visitarás sí o sí si pasas por esta parte de Perú.
Para recorrerlos hay dos formas; la local y más barata (que sería coger uno de los barcos que salen hacia las islas; 10soles hasta los Uros y 25soles para ambas zonas) o contratando un tour guiado (que es la que hicimos nosotros).
Tras comparar opciones, nos decantamos por la empresa Inka Expeditions Peru, que ofrecía el tour completo de full day por 26€. Creemos que merece la pena, ya que además de tener todas las comodidades y despreocuparte de todo, el guía fue realmente bueno y la comida estaba deliciosa!
Si quieres más info puedes ver todos sus programas y precios en su página web.
¿Qué se hace en el tour de los Uros?
El tour comienza con el despertador sonando a las 6 de la mañana para desayunar fuerte y estar listos a las 7, hora a la que nos recogieron en la puerta del hotel. Un autobús nos llevó hasta el puerto, donde nos juntamos con el resto del grupo (unas 25/30 personas) y embarcamos en un barco súper cómodo. El tiempo no acompañaba y nos fastidió un poco las expectativas, pero no tardó más de una hora en despejar, ¡y menos mal!
El primer trayecto hasta Los Uros dura más o menos una hora, que se hizo súper amena gracias a las explicaciones y bromas de Alan, el guía que tuvimos para todo ese día.
Sobre Los Uros…
Habíamos leído mucho sobre este lugar; mucha gente dice que está hecho por y para el turismo, y aunque me fastidie, tengo que darles la razón. Aunque el lugar es precioso y las islas flotantes a base de totora (la planta con la que hacen prácticamente todo en Los Uros), la gente está amoldada al turismo y viven totalmente de él. Eso genera que estén todo el tiempo intentando venderte artesanías o pidiéndote dinero por cualquier cosa. No es que sea algo malo, pero a nivel personal creo que se pierde un poco la esencia de esa “autenticidad” de los pueblos más antiguos…
Aun así, nos gustó mucho cómo estaba diseñado y construido todo; y aunque todo el interés de la gente que vive ahí sea el dinero (cosa que de alguna manera tiene sentido si a eso les hemos acostumbrado), disfrutamos un montón del lugar.
Hay que entender culturas, aunque no se compartan…
Dato curioso. En la comunidad vimos un cormorán atado a una cuerda (me dio muchísima pena, por cierto) y, al preguntarle al guía, nos contó que la gente de los Uros utilizaba su sangre como cura para la epilepsia y que su precio (el del pobre bicho) rondaba los 1.500 soles (casi 400€!).
En los Uros se visitan dos islas con el tour; una comunidad en la que vive gente (a la que solo fuimos nuestro grupo) y otra que, por lo que nos comentaron, es la “capital” de los propios Uros y en la que sí que había bastante gente. En la segunda puedes sellar tu pasaporte con una estampa oficial del Lago Titicaca (previo pago de 1sol); una turistada pero de esas que a mi me hacen ilusión.
Como breve resumen: los Uros son un lugar precioso de ver y que sin duda merece la pena, pero no esperes algo súper auténtico y tradicional; una vez más los turistas nos hemos “cargado” un poco de lo que fue todo aquello en antaño.
Después de los Uros pusimos rumbo a la isla de Taquile, otro de los atractivos del Lago Titicaca peruano. Esta vez el trayecto duró un poco más de una hora y media, por lo que nos dio tiempo a repasar las fotos y hacer alguna que otra story en Instagram (todavía teníamos retraso de algún post de Bolivia!)
Isla de Taquile
Aunque está relativamente cerca de Los Uros, la comunidad de la isla de Taquile es totalmente diferente; se trata de una comunidad de unos 2.200 habitantes pertenecientes al dominio lingüístico del idioma quechua, con cultura y tradiciones diferentes a las de los uros.
La isla fue parte del Imperio Incaico, por lo que hasta el día de hoy se pueden apreciar algunos de los restos arqueológicos (como sus terrazas y algunas construcciones).
Llegamos a una parte de la isla (donde desembarcamos) y dimos un pequeño paseo hasta la parte alta, en donde nos sentamos por fin a comer. Sopa de quinoa y trucha fue el menú, y créeme que fue la mejor trucha que comimos de las 3 o 4 que habíamos probado entre Bolivia y Perú!
Tras la comida, unas demostraciones de la cultura local; un poco de baile, la extracción de un jabón natural para lavar la lana (muy curioso, por cierto) y varias explicaciones sobre las fajas y ropas locales (muy influenciadas por los españoles, cómo no!). Esa parte del tour estuvo genial, ya que aprendimos cosas de esas que no aprenderías si fueses por libre sin ningún guía, aunque la parte en la que los locales piden dinero (al final de todo) sigue sin gustarme; puedo entenderlo, pero cambia un poco la armonía de todo y te hace sentir un poco “mal”, al menos a mi…
Después de ese buen rato, subimos hasta la plaza principal del pueblo, donde tuvimos tiempo para ver las tiendas de artesanía, descansar un poco o tomar un cafecito. Me recordó mucho a la típica plaza de pueblo de castilla, ¡qué cosas!
Para la vuelta al barco tuvimos otra caminata de unos 40 minutos con unas vistas preciosas de la isla (y del día, que ya estaba totalmente despejado). Y una vez en el barco, bastante cansados, pusimos rumbo de vuelta a Puno en un trayecto que duró algo más de 2 horas (perfectas para echarse una siestecilla!).
Esa tarde la aprovechamos para trabajar y actualizar el blog y volvimos a hacer noche en Puno para, a la mañana siguiente, poner rumbo a Arequipa; la que teníamos como un pueblo y que resultó ser la segunda ciudad más grande de Perú!
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