Puyo no estaba en nuestro itinerario por Ecuador hasta que Ali descubrió que tenía unos familiares lejanos allí. Nos pillaba de camino entre Baños y el Amazonas Ecuatoriano, ¡así que decidimos pasar un día disfrutando de la zona!
Además de la belleza de la naturaleza que rodea a Puyo, tuvimos la enorme suerte de contar con Fernando y Lila, los familiares de Ali (concretamente los padres de la mujer de su primo) que nos hicieron de guías y gracias a quien pudimos visitar un montón de sitios y probar varios platos de comida local. ¡Qué genial es recorrer cualquier lugar con gente local!
Nuestra visita aquí fue corta, pero intensa; ¡aquí te va un montón de info y las mejores cosas qué ver y hacer en Puyo!
Tabla de contenidos
¿Cómo llegar y dónde dormir en Puyo?
Para llegar a Puyo basta con tomar cualquier autobús entre Baños y Tena (o Tena y Baños si vienes desde el norte). El billete cuesta 2,5$ desde Baños, y desde Tena no llega a 1$.
Para la única noche que pasamos en Puyo elegimos un sitio que estaba genial en cuanto a calidad/precio y con piscina para relajarnos antes de llegar al calor de la selva amazónica ecuatoriana, en donde pasaríamos la siguiente semana.
La Hostería Don Elías está un poco alejada del centro, pero ofrece esa tranquilidad que siempre buscamos. La pena fue que en el día y medio que pasamos visitando la zona la lluvia no nos dio ni un respiro, por lo que poco pudimos disfrutar de su fantástica piscina!
Foto de Tripadvisor. Las nuestras tienen más lluvia que foto 🙁
¿Qué ver y hacer en Puyo?
– Llegar hasta el mirador de Indichuri
Un precioso mirador desde el que ver la puerta de la amazonía ecuatoriana. En el mismo mirador hay un gigantesco columpio que recuerda mucho al de Baños (aunque con menos seguridad y algo más de altura!) y una plataforma con hamacas. Cuando nosotros fuimos el columpio no estaba abierto, pero nos dijeron que cuesta 3$.
En la parte inferior del recinto del mirador hay otro columpio (más bajo y con menos gracia, pero gratis) y un par de cuevas con forma de demonios (todo hecho para el turista, claro) bastante curiosas de ver. Puedes entrar también gratis y encontrarte con alguna que otra araña gigante que te haga salir pitando de ahí como me pasó a mí. 🙂
Para llegar tuvimos la suerte de que Fernando y Lila nos llevaron en coche a todos los lugares que visitamos en Puyo, por lo que no tuvimos que preocuparnos de nada. El lugar está a unos 40 minutos conduciendo desde el pueblo y se puede llegar tanto en autobús público como contratando un tour que pase por esa zona.
– Conocer alguna comunidad quichua
Muy cerca del mirador está la Finca Indichuris, un lugar creado hace muchos años ya por una comunidad quichua y que ahora se dedica a la agricultura y el turismo. Podrás conocer más de cerca la forma en la que vive esta gente, aprender cosas sobre su cultura, conocer a sus mascotas (un chichico, un loro y varios perretes) y comprarles algo de artesanía como forma de apoyo a su comunidad.
El Señor Vargas, fundador y jefe de la comunidad, es un respetado quichua con dos dedos de menos (seguramente fruto de algún accidente con algún animal) y que siempre lleva un collar con multitud de dientes de tigre (sólo el diente derecho de cada uno) junto a la cabeza de una anaconda. ¡Un hombre con más historia que cualquier milenial!
Las curiosas y «generosas»artesanías de la comunidad quichua… jajaja
– Pasear por el centro del pueblo y el malecón
Aunque el pueblo en sí de Puyo no diga demasiado, la zona del malecón del río tiene mucho encanto y si el tiempo te lo permite, podrás disfrutar de un paseo bastante agradable por la zona!
– Probar algún plato de comida local
Siempre soy partidario de probar toda la comida local allá donde viajo, pero en Puyo hice una pequeña excepción. Fernando y Lila nos llevaron a probar el plato más típico de la zona; el maito de pescado, un plato a base de pescado (también los hay de otros ingredientes), yuca y varios vegetales cocinados en hojas de bijao. Hasta ahí todo bien, y muy rico.
El problema vino después, cuando a Fernando se le ocurrió pedir un “pequeño acompañamiento”… ¡gusanos asados! Ya había probado el escorpión en Tailandia y saltamontes en Myanmar, pero esos gusanos gordos y con ese color… ¡ni de coña!
Ali le echó bastantes pelotas y se comió uno, pero yo no pude. ¡Ni para la foto pude acercármelo a la boca! jajaja
Gusanitos a la plancha. ¡Ricos ricos!
– Visitar a su vecina; la ciudad de Tena
Tena es una ciudad también con bastante encanto para pasear por su malecón y subir a lo alto de la espiral metálica para verla desde las alturas, y nos pillaba de paso en nuestro camino hacia nuestro siguiente destino, el lodge Suchipakari en pleno Amazonas Ecuatoriano, por lo que no dudamos en visitarla!
Con un par de horas recorriendo el paseo del río y probando algo de su comida local (tienen un maito buenísimo) tendrás más que suficiente.
Tras un día bastante completito y lleno de cosas llegamos por fin al Amazonas Ecuatoriano; concretamente al lodge donde pasaríamos los 5 días siguientes (antes de poner rumbo a Quito) viviendo en plena selva amazónica ecuatoriana rodeados de monos, tarántulas y un montón de bichitos más!
0 comentarios