Este post lo escribo sin tener ni idea de lo duro que puede ser para alguien depender de una silla de ruedas, pero me apetecía compartir con vosotros mi experiencia en los diferentes viajes que he hecho con mi abuelo y las ventajas que supone viajar en silla de ruedas.
Por tanto, este post tiene la única finalidad de motivar, dejar claro que se puede viajar en silla de ruedas y que, a veces, lo que aparentemente es una “putada”, puede convertirse en una graaaan ventaja. ¿No te lo crees? ¡Sigue leyendo!
Tabla de contenidos
Ventajas de viajar en silla de ruedas
– Embarcas antes en los aviones ¡y sin pagar de más!
La experiencia en todos los vuelos que cogí viajando con mi abuelo fue genial; nos dieron acceso prioritario, guardaron la silla en bodega sin cargo y tuvimos a nuestra disposición un operario que nos ayudó en todo momento con lo que necesitásemos.
Además de eso, generalmente te llevan por pasillos secretos, vehículos súper curiosos adaptados para llevar a alguien en silla de ruedas y un montón de aventuras que no podrías vivir de otra manera!
¡Ah! Y no te comprueban el tamaño del equipaje de mano, que también es un puntazo!
– Tienes entrada gratis y descuentos en muchos museos y puntos de interés
Esta es otra enorme ventaja de la que disfrutamos tanto mi abuelo (por ir en silla de ruedas) como yo (por ser el que le llevaba) en varios museos y puntos turísticos de Berlín y Varsovia. Recuerdo que en uno de los museos que visitamos incluso nos guiaron un poco por las primeras salas!
– Con un poco de buen humor las cosas pueden salirte increíblemente bien
Este punto es clave y te explico por qué: En el viaje a Berlin con mi abuelo se me olvidó reservar la entrada para el Bundestag (el parlamento alemán de la ciudad), que se debe hacer con al menos 3-4 días de antelación. Cuando me di cuenta me enfadé mucho conmigo mismo, pero decidimos intentar ir directamente allí y “dar un poquito de pena y ternura”. Y funcionó. ¡Vaya si funcionó…! Primero, nos ahorramos reservar la entrada, que ya era bastante coñazo. Segundo, nos ahorramos la cola de casi una hora para entrar (y estaba lloviendo, así que aún más razón) y, por último, una chica súper mona nos metió por una puerta privada por la que se accedía a un ascensor para empleados en el que nos subieron, a nosotros solos, hasta la cúpula del Bundestag.
Mi abuelo y yo no paramos de reír en toda la mañana; ¡menuda puta suerte, y todo por la silla de ruedas!
*Eso sí, hasta arriba del todo no había ascensor y me tocó empujar! Jajaja
– Haces ejercicio y quemas calorías!
Todas las veces que he ido con mi abuelo a visitar una ciudad empujando la silla de ruedas hemos hecho entre 10 y 15 kilómetros por día, lo que se traduce en una buena cantidad de calorías quemadas! Y ya que estamos en temas de salud, tengo que reconocer que cuando estoy mucho tiempo de pie se me carga la espalda, pero, cuando empujo la silla de ruedas, ¡nunca me duele!
Así que está claro que viajar en silla de ruedas puede considerarse deporte, ¿no?! 😉
¡Espero que te haya gustado el post!
Si quieres seguir motivándote a viajar con tu abuelo/a puedes echar un vistazo al post de 10 motivos por los que llevarte de viaje a tu abuel@!
Voy en silla de ruedas y me ha motivado y me ha encantado tu comentario puedes sentirte muy contenta de motivar a otras personas un saludo rodante
Gracias por tu comentario Gabriel, me alegra mucho que te haya motivado! un abrazo enorme!!