Cruzar la frontera de Ecuador a Colombia y visitar el Santuario de Las Lajas es bastante fácil pero no muy rápido. Nosotros contábamos con el tiempo justo para ir desde Otavalo a la frontera, ver el Santuario de Las Lajas y coger un autobús nocturno a Cali. ¡Siempre al límite!
Podíamos habernos saltado todo esto volando desde Quito hasta Cali, pero no queríamos dejar de ver el que en 2015 fue nombrado como el santuario más bonito del mundo por el diario inglés The Telegraph. Sabíamos que el paso previo era una de las fronteras más “calientes” del momento debido al conflicto venezolano, pero no queríamos perdernos esta maravilla…
Cómo cruzar de Ecuador a Colombia por Ipiales
Para cruzar la frontera de Ecuador a Colombia deberás dirigirte hasta Tulcán, la última ciudad ecuatoriana antes del paso fronterizo. Nosotros fuimos desde Otavalo a Ibarra por 0,60$ y desde Ibarra hasta Tulcán por 3$. En total nos demoramos casi 5 horas hasta Tulcán porque tuvimos que esperar bastante en la estación de Ibarra a que llegase el bus.
Una vez allí puedes ir en taxi hasta la frontera (te costará 3,5$) o esperar a que se llene uno de los colectivos que se encuentran en Parque Ayora (cuesta 0,75$ por persona). El trayecto dura pocos minutos, enseguida te darás cuenta de que has llegado por la cantidad de gente que se amontona allí.
Realmente no hay mucho control sobre quien pasa o no pasa por los trámites legales, es decir, depende de uno mismo colocarse en la fila de “salida” o “entrada” a Colombia. Como os decía, nuestra llegada coincidió con el conflicto de Venezuela por lo que aquello era un auténtico caos. Todas las autoridades estaban concentradas en dar salida a los cientos de venezolanos que se encontraban en Colombia, por lo que tuvimos que tener paciencia.
Nunca pasamos por la salida de Ecuador, no sabemos muy bien si existe o no, así que en cuanto nos pusieron el sellito de entrada a Colombia nos subimos en un colectivo y marchamos hacia Ipiales. Allí nos estaba esperando el Santuario de Las Lajas que tantas ganas teníamos de ver!
*Por cierto, te recomiendo que antes de cruzar la frontera visites el famoso Cementerio de Tulcán (por 1,20$ un taxi te llevará desde la estación). Es de los más bonitos que he visto, ya que más que un cementerio parece un parque lleno de figuras gigantes hechas con plantas. Os dejo unas fotitos para que flipéis como yo!
Cómo llegar al Santuario de Las Lajas
Por fin habíamos llegado a Ipiales. Teníamos el tiempo justo para ver el Santuario de las Lajas y volver para coger nuestro autobús nocturno a Cali, por lo que compramos los billetes, dejamos las mochilas en la consigna de la estación de bus (2.500 pesos / 0,70€) y nos dirigimos hacia el Santuario.
Tanteamos a varios taxis y finalmente nos llevaron al Santuario de Las Lajas por 10.000 pesos colombianos. El acceso a vehículos es limitado, por lo que una vez allí te tocará andar unos cinco minutos cuesta abajo hasta llegar a esta maravilla de lugar. ¡Por fin estábamos allí! Realmente impone y merece muchísimo la pena pasar por la frontera aunque sea sólo por verlo.
Qué ver en el Santuario de las Lajas
Antes de meternos de lleno es importante saber qué es exactamente el Santuario, se trata de un culto a Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas por sus numerosos milagros. El primero sigue así: «Refiere la leyenda que una indiecita que se dirigía de Potosí a Ipiales, un día de 1750, junto con su hija Rosa, pasaban por este paraje muy peligroso y una gran tempestad las obligó a buscar refugio en una cueva que allí existía, entró con mucho miedo por las creencias de la presencia del diablo en este lugar, pero más grande fue su asombro cuando la niña que era sordomuda de nacimiento dijo: ‘Mamita, la Mestiza me llama’.
¿Cuánto tiempo se tarda en ver el Santuario de las Lajas? Esa pregunta nos hacíamos cada minuto que pasaba mientras esperábamos a cruzar la frontera a Colombia. Después de visitarlo puedo responderte sin dudas; no mucho, con una hora es más que suficiente. Ahora bien, si quieres hacer un montón de fotos desde varios ángulos y verlo de noche, quizá puedas estar dos horas dando vueltas por la zona, como hicimos nosotros.
En cuanto a las cosas que ver en el Santuario, ahí van las principales:
– Santuario por fuera y por dentro
Ya te he hablado del primer milagro de la virgen, según vas caminando hacia el Santuario verás cientos de placas en los que la gente le da las gracias por sus propios milagros. Además, verás una estatua que escenifica el milagro de la niña sordomuda. Pero el verdadero espectáculo es el Santuario de Las Lajas en sí mismo. El contraste con el río y las montañas verdes hacen que te quedes embobado mirándolo desde cada una de las perspectivas!
Tengo que admitir que por dentro también es mágico y está muy bien cuidado. Las arañas que cuelgan del techo iluminan las paredes de color blanco impoluto y las cristaleras de colores.
– Museo
Es el único apartado de pago de todo el Santuario, pero nosotros no entramos. En él te cuentan toda la historia de los milagros y la construcción del edificio que paso por varias fases según se iba haciendo famoso.
– Cascada y miradores
Todos buscamos las famosas fotos de postal cuando vamos a ver un monumento, y en el Santuario de Las Lajas no iba a ser menos. En este caso tenemos varios miradores, un puente paralelo al del santuario y hasta un teleférico para observarlo desde las alturas! Sin duda mi mirador favorito es el que está al lado de una enorme cascada que hacer que todo sea más mágico si cabe.
– Capilla-discoteca
Desde mi punto de vista uno de los platos fuertes del santuario. En teoría no puedes acceder a la capilla si no te vas a confesar, pero claro, bajas unas escaleras oscuras y de repente empiezas a ver luces de neón de colores iluminando una capilla y no te queda otra que entrar!
– El Santuario de Las Lajas de noche
La capilla es un adelanto de lo que ocurre a las 18:00 en la fachada del santuario. A esa hora, el técnico de luces llega al santuario y enciende el botoncito tan esperado; todo el santuario se cubre de luces: rojo, azul. morado, verde, amarillo… alternándose entre sí. ¡Un auténtico espectáculo!
Con las prisas en el cuello y forzando la hora para disfrutar del Santuario encendido, volvimos a la estación de autobuses para coger el bus nocturno de 12 horas hasta nuestra primera «parada oficial» (aunque también corta) de Colombia: la ciudad de Cali.