Malapascua es un ejemplo de isla paradisiaca pero que, a diferencia de Bantayan, ya ha sido explotada al turismo y no tiene tanto encanto como tienen otras. Pero lo que sí que tiene es el único lugar del mundo (junto a otros pocos más inaccesibles) donde poder nadar con el tiburón zorro.
Pasamos dos días en esta isla después de disfrutar de las gentes y las playas de Bantayan y antes de bajar hacia la isla de Bohol para ver las montañas de chocolate y conocer a los tarseros.
¿Lo que más me gustó? Poder disfrutar de una inmersión a casi 40 metros de profundidad donde pude ver en primerísimo plano al tiburón zorro, un bicho único y en peligro crítico de extinción (más adelante te explico cómo ayudarle!).
¿Lo que menos? El turismo masivo de submarinismo sin respeto hacia la naturaleza y la basura que algunas de sus playas acumulaban.
¿Cómo llegar a Malapascua?
Desde Cebú: autobús directo hasta Maya. Ahí sale cada 30-40 minutos la bangka (típico barco filipino) que te llevará hasta Malapascua. Cuesta 100 PHP + 20 PHP que te pedirán por transportarte del barco a la orilla con una barquita. Ojo! Intenta llegar antes de las 3 de la tarde, porque a partir de esa hora si no llenan el mínimo de 15 plazas 15 las bangkas no salen y tendrás que llegar con uno privado (1500 PHP)
¿Dónde dormir en Malapascua?
En nuestro caso escogimos el hostal ROMANTIC PLACE y lo reservamos a través de Booking consiguiendo una oferta genial de 4€/noche en una habitación de cuatro personas (aunque sólo estábamos nosotros y una chica).
Si quieres encontrar ofertones te recomiendo que reserves con Booking o que eches un ojo al post de cómo dormir gratis!
¿Qué ver y hacer en la isla?
En Malapascua hay poco que ver más allá del tiburón zorro si eres buceador o apasionado de la naturaleza. Más abajo te explico con detalle mi experiencia!
En cuanto a las playas, las más destacadas en los 2 Km que mide Malapascua te recomiendo, en orden, las siguientes: Langob beach, Bounty beach y la playa sin nombre donde te deja el bangka (típico barco filipino).
Buceando con el tiburón zorro
Para la inmersión en busca del tiburón zorro elegí la escuela de Fun&Sun ya que, después de comparar precios y conocer a diferentes personas, fue donde mejor me recibieron y con más cariño me trataron.
El primer día lo dedicamos a estudiar y aprender sobre la vida de los tiburones en general, con datos y curiosidades que desconocía; como que España es el tercer país del mundo en el mercado de la pesca de tiburones. Otro minipunto más para nuestro país!
Dani, el divemaster que me acompañaría en la inmersión, me dejó bastante claro que el respeto hacia el animal es lo primero y me contó su plan para cambiar el macroturismo de Malapascua a través de la organización que había creado él mismo; Go Green Malapascua. Si tenéis un rato echarle un ojo, es muy interesante y podréis leer muchas curiosidades sobre la isla!
A la mañana siguiente, me levanté a las 4 de la madrugada y pude disfrutar de los 10 minutos que había desde el hostel hasta la escuela del cielo increíblemente oscuro y lleno de estrellas de Malapascua. Empezaba bien el día y, con Jack Jhonson sonando, todavía mejor. Allí me junté con Dani y Karolina, otra chica de República Checa que se apuntó a la inmersión.
Nos subimos al barco y, tras media hora de ruta y un amanecer precioso, nos pusimos el equipo y nos lanzamos al agua. Los 32 minutos que duró la inmersión fueron suficientes para disfrutar de la compañía de varios tiburones zorro (uno hasta nos pasó por encima) y de la infinidad de vida marina que se encuentra por el Sudeste Asiático; corales, estrellas de mar gigantes, peces de todo tipo… Un auténtico momentazo que recomiendo a cualquier apasionado del buceo y/o de la naturaleza.
Después de la inmersión, desayuné con Karolina y me recomendó varios puntos clave de Filipinas que más tarde incluí en la ruta de tres semanas, como Apo Island o Moalboal.
Y, con mucha pena, tocaba despedirse de Malapascua para poner rumbo a Bohol. Una hora de barco, 5 horas de autobús hasta Cebú, 2 horas más de ferry hasta Tagbilarán y media horita más de moto hasta el hostel nos esperaban como planazo de día!