La Paz es la primera ciudad que se te viene a la cabeza cuando alguien menciona Bolivia; esa gigantesca urbanita que supera, en algunos puntos, los 4.000 metros de altitud y que, aunque mucha gente lo crea, no es la capital del país!
Llegamos tras 12 horas en un autobús nocturno desde Sucre (la verdadera capital boliviana) y nos quedamos recorriéndola entera durante dos días completísimos.
Sin duda lo primero que tengo que decirte de La Paz es que es una ciudad para disfrutar desde las alturas; desde hace más o menos 5 años, la ciudad cuenta con un sistema de teleféricos que recorren cada rincón y colina posibles. ¡Una línea de metro por el cielo!
Desde las alturas y con mucho amor por esta ciudad; ¡Bienvenido a La Paz!
¿Cómo llegar y dónde dormir en La Paz?
Como te comentaba, llegamos desde Sucre en un autobús nocturno de 12 horas por el que pagamos tan solo 50Bs (6,5€!!). Llegues desde donde llegues, te recomiendo siempre comparar los precios en las distintas agencias; ¡vimos diferencias de más del triple del precio!
En cuanto a dormir, como siempre te recomiendo que compares ofertas en booking.com; y a poder ser a través de mis enlaces, así me llevaré una pequeñísima comisión y a ti no te costará ni un céntimo más! 🙂
Nosotros encontramos una habitación privada con baño compartido en el Landscape B&B por 13€/noche con desayuno para los dos. ¡Y estaba muy cerca de todo!
Airbnb también es una buena opción ya que La Paz es una ciudad muuuuy grande. Aquí te dejo los 25€ de descuento en tu primera reserva por leerme y ser tan majuelo! <3
¿Qué ver y hacer en La Paz?
– Probar algo de la comida típica boliviana
¿Aún no probaste el Charquecan, el chorizo chaqueño y demás platos típicos bolivianos ¿y a qué estas esperando?!
En La Paz podrás encontrar infinidad de lugares donde probarlo; busca los restaurantes que tengan el letrero de “menú familiar”, ¡son mucho más baratos y generalmente locales!
La mañana del segundo día la pasamos con Ali y Franco, dos locales que conocimos vía Instagram y que, además de enseñarnos toda la ciudad desde las alturas, ¡nos invitaron a desayunar salteñas! Las típicas empanadas bolivianas rellenas de carne, pollo y un montón de opciones más. ¡Me entra el hambre solo de pensarlo!
– Dar una vuelta por la ciudad desde el aire!
Sin duda el PLANAZO para hacer en La Paz, y también la mejor forma de recorrerla!
Desde hace 5 años se han ido construyendo una serie de teleféricos que atraviesan casi todos los rincones, y a día de hoy ya son 11! Los billetes cuestan 3Bs (0,40€) si tienes tarjeta y un poco más si no, pero vaya, merecería la pena hasta pagar 20€ por todo lo que se puede ver desde ellos!
Plano de las líneas de teleférico de La Paz
Nosotros dimos una vuelta completa a la ciudad, empezando con el teleférico naranja en la Plaza Villarroel y siguiendo la ruta que te marco sobre el propio mapa. Nos llevó algo menos de 2 horas y vimos absolutamente todo La Paz desde las alturas. ¡Infinitamente recomendado!
*Gracias a Ali y Franco por enseñarnos cada rincón y hacernos de guía durante toda la manana, ¡sois unos soles! <3
– Huir de las palomas en Plaza Murillo
Una plaza súper bonita (aunque llena de palomas) desde la que apenarse observando cómo se han cargado, literalmente, las vistas de la Iglesia Nuestra Serñora de la Paz y del bonito Congreso de Bolivia construyendo edificios gigantes justo detrás. Qué poca cabeza, ¿no? Y mira que me gustan los edificios mastodónticos y modernos, pero… ¿ponerlo JUSTO detrás? ¡A la mierda con esos arquitectos hombre ya!
– Visitar la Basílica de San Francisco
Si eres un entendido de la arquitectura de templos; una basílica construida entre los siglos XVI y XVIII y de estilo barroco mestizo. Si no tienes ni papa de ese tema; una catedral más para ver en un cuarto de hora durante tu visita al centro de La Paz!
* Con esto no digo que sea fea, ¡ni muchísimo menos! Pero ese día estábamos mucho más en la onda de conocer gente local y aprender de su cultura que en la de visitar iglesias, jeje.
– Recorrer el Valle de la Luna
Una curiosa formación geológica más pequeña de lo que parece ser y que, aunque es muy bonita, a mi no me impresionó tanto como esperaba (errores de expectativas!). Su nombre fue dado por Neil Armstrong (primer hombre en pisar la luna) cuando se encontraba de paseo por La Paz en el año 1969.
Para llegar de forma bonita y barata se puede tomar cualquier colectivito (mini vans con carteles en el techo) que tenga el cartel de color amarillo y ponga en él Mallasa. El trayecto dura un poco menos de media hora si no hay mucho tráfico, cuesta 2,6Bs (0,30€!) y te deja en la puerta del Valle de la Luna.
La entrada al parque cuesta 15Bs (2€) y dentro de él tienes dos recorridos; el de 15 minutos (ni te lo explico, porque si haces ese eres un poco paquete) y el de 45 minutos que, básicamente, da la vuelta completa al valle y tiene varios miradores bastante chulos!
– Rayarse en el Mercado de Brujas
Una calle repleta de dos tipos de tiendas; las turísticas con cosas supuestamente artesanales y hechas 200% para el turista, y pequeñas tiendas de artículos de brujería que sirven como ofrendas para los chamanes. Lo que más nos impactó fueron los fetos y bebés de llama de todos los tamaños… ¡Qué puta pena! Salimos bastante revueltos de esa calle, en nuestra opinión es bastante prescindible si no te va lo gore.
– Toparse con algo fuera de lo común
En nuestro caso fue el primer día que estuvimos en La Paz. Al llegar al centro nos encontramos con calles cortadas, cientos de policías y miles de personas amontonadas viendo un desfile militar; ¡era el día del mar!
¿Y qué coño es eso?, te preguntarás. Pues nos enteramos gracias a Ali y Franco (quienes nos lo contaron) que el 22 de marzo se “celebra” el día en el que Bolivia perdió el mar.
– Perderse por algún mercado
Nosotros llegamos por casualidad a un mercado de fruta en el que, además de vender tooodo tipo de fruta, había danzas tradicionales. Sin estar seguro tengo bastante claro que en muchos rincones de la ciudad, según el día que sea, hay diferentes mercados llenos de ambiente y vida!
– Descubrir la pequeña y misteriosa Calle Jaén
Una estrecha y pequeña calle en la que, cuenta la leyenda, el fantasma de una viuda condenada seducía a todos los borrachos que llegaban a casa por la noche para llevarlos a una aventura misteriosa. De hecho, Ali y Franco nos contaron que antiguamente (y hoy en día algo queda) había mucha tradición por parte de los constructores y albañiles de emborrachar hasta la muerte a un borracho y enterrarlo bajo los puentes que construían porque, si no, cuenta también la leyenda, algo terrible les pasaría a ellos. Vaya bizarrada ¿no?!
En fin, que me enrollo; para remediar al fantasma de la viuda, los vecinos de la Calle Jaén colocaron una gran cruz verde que hoy en día se ilumina por la noche. ¡Qué miedo oiga!
– Dar un paseo y recorrer El Alto
Considerada una ciudad diferente a La Paz, El Alto está situado en la parte más alta de las montañas colindantes y es bastante más humilde que la ciudad en sí. Nosotros solo pasamos por encima suyo con los teleféricos, pero nos recomendaron visitarlo cualquier jueves o domingo; días en los que hacen mercado y todo está lleno de ambiente y color!
Tras dos días fantásticos descubriendo una de nuestras ciudades favoritas de Bolivia, nos levantamos a las 6 de la mañana para hacer la acojonante Carretera de la Muerte en bicicleta y posteriormente llegar a la preciosa Coroico para descansar el cuerpo después de tanta caña!