Al no estar en nuestros planes iniciales ni tener mucho que ver, decidimos dedicar 6 horas a visitar Casablanca y aprovecharlas básicamente para ver la Mezquita de Hassan II y recorrer algunos de sus barrios.
Llegamos sobre las 11 de la mañana a la estación de tren de Casablanca, desde donde fuimos paseando (1 hora aproximadamente) y atravesando la Medina hasta llegar a la imponente Mezquita de Hassan II.
Esta maravilla bestial fue diseñada por el arquitecto francés Michel Pinseau y su construcción duró ocho años, siendo inaugurada en 1993. Y como no quiero extenderme demasiado, os dejo algunos datos que hablan por sí solos:
- En su construcción trabajaron 2.500 obreros y 10.000 artesanos de todo Marruecos
- Su minarete principal tiene 200 metros de altura.
- En su interior, una sala de oraciones con capacidad para más de 20.000 fieles en la que entraría dos veces la catedral de Notre Dame.
- Su techo, fabricado en madera de cedro y sostenido por 78 pilares, tiene un sistema de apertura con el que “descapotar” la mezquita.
- En la parte inferior de la mezquita se encuentra una zona de abluciones en la que los fieles se limpian y que destaca por sus 41 fuentes de mármol y más de 600 grifos.
Se puede visitar todos los días con visita guiada (excepto los viernes) en horarios de 9:00, 10:00, 11:00 y 14:00 (en verano añaden una más a las 15:00). Durante la época de Ramadán se reducen las visitas únicamente a las 9:00 y 11:00.
El precio de la entrada es de 120 DHS (11€) que puedes pagar con tarjeta de crédito. Si eres estudiante (y presentas el carnet) te saldrá por la mitad de precio: 60 DHS. Y si viajas con niños, el precio para ellos es de 30 DHS.
Después de disfrutar de la visita a la Mezquita, volvimos recorriendo algunos barrios de Casablanca hasta la estación por una ruta improvisada de dos horas que casi nos hace perder el tren hacia Marrakech. Sí, tuvimos que hacer un sprint final para no perderlo, y en la foto queda reflejado que correr un kilómetro y pico a 28° te pone rojito.
Esta vez el tren iba a durar un poco más (unas 4 horas) así que aprovechamos para comer y echar una cabezadita junto a la señora mayor que nos acompañaba en el compartimento de cuatro asientos.
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