Bariloche fue nuestra primera parada de “descanso” en nuestra ruta de 3 semanas por la Patagonia. ¡Llevábamos desde Ushuaia sin parar y en Bariloche encontramos ese remanso de paz y tranquilidad que tanto necesitábamos!
Pero no malinterpretes mis palabras; Bariloche no es un pueblecito tranquilo como todos los que recorrimos en la Carretera Austral. Es una ciudad de 150.000 habitantes que crece a pasos agigantados y un gran nido de turistas en la época estival.
Aún así, disfrutamos de su lado más tranquilo junto a gente local, y en este post te cuento cómo hacerlo y qué ver y hacer en Bariloche. ¿Vamos a ello?!
¿Dónde dormir en Bariloche?
Para una ciudad como Bariloche (en la que su centro está masificado y sus afueras, más tranquilas, están repletas de turistas domingueros) no hay mejor opción que alojarse con un local. Y así lo hicimos, pasamos dos de las cuatro noches en casa de Seba (un tipo encantador que nos invitó a un asado con sus amigos y con el que compartimos hasta una timba de póker, en la que gané, ¡cómo no! jaja) y las otras dos en casa de Gonzalo, un inconformista de manual muy parecido a mi con el que compartimos cervezas, conversaciones y un montón de reflexiones intensitas de las que nos gustan y que me llevaré en el recuerdo por siempre!
Y sé que soy muy pesado con el tema de Couchsurfing, pero es que si aún no lo has probado, deberías. Tengas la edad que tengas, seas de donde seas y tengas el miedo que tengas; ¡pruébalo!
Si no quieres hacerme caso, te recomiendo que te alojes fuera de la ciudad y disfrutes de la naturaleza y tranquilidad de las afueras de Bariloche; tal vez un camping o algo similar es una buena opción, al menos mejor que un hostel en el bullicio del centro! En www.booking.com tienes un montón de ofertas de todos los tipos, y si nunca utilizaste Airbnb, aquí tienes un bono de 25€ de descuento en tu primera reserva por ser lector de Mono Viajero! 😉
¿Qué ver y hacer en Bariloche?
– Ir a alguna playa en cualquiera de sus lagos
Al ir en verano, y a pesar de que era lo último que esperábamos hacer en Bariloche, pudimos disfrutar de varios ratos de playa y solazo en plena montaña patagónica. Y es que la temperatura en verano sube considerablemente en Bariloche, por lo que las calas de rocas en sus diferentes lagos son una opción perfecta para combatir el calor!
Te recomiendo evitar las más turísticas e ir a las más tranquilas, como la de Bahía Pascasio (en el Lago Moreno) o la de Playa Bonita (en el Lago Nahuel Huapi)
*Esto no se aplica si viajas en invierno, ya que las temperaturas pueden bajar hasta los -20!!
– Conocer gente local y disfrutar de un asado
Un tópico en cualquier pueblo, ciudad o rincón del mundo, pero con el plus de estar en Argentina. Y es que el argentino enamora, seduce y… ¡te invita a un asado!
En los cuatro días que estuvimos alojados vía Couchsurfing disfrutamos con gente local genial y asados espectaculares, y todos serán bienvenidos en España cuando vengan!!
– Subir a Cerro Campanario
Un precioso mirador de 360 grados desde el que ver la maravilla de zona que rodea a Bariloche. Lagos, cerros, pequeños barrios, más lagos, más cerros… ¡una pasada de vistas!
Para subir tienes dos opciones; hacer un trekking de menos de media hora totalmente gratis o pagar un telesilla que te sube en 5 minutos y cuesta 300 pesos (7€).
– Pasear por el centro de la ciudad
A pesar de ser una ciudad bastante grande, su centro tiene una zona bastante chula por donde dar un paseo, hacer algunas compras y recorrer su mercado de artesanía. Me recordó bastante a mi querido Santander; tiene una población similar (150.000 habitantes) y está repleta de cuestas que harán que tus piernas trabajen más que en el gimnasio!
Fuente: www.miraargentina.com
– Hacer kayak por algún lago
Al ser una zona de lagos, el kayak es una de las opciones más populares. Gracias a Gonzalo, el chico con el que nos alojamos dos de las noches, pudimos disfrutar de un día completo de kayak e historia local que nos fue contando durante tooodo el trayecto. ¡Y gratis! ¡Viva Couchsurfing una vez más!
Te recomiendo que si alquilas un kayak, lo hagas en el Lago Neuquén (el más grande), ya que podrás acceder a más lugares, entre los que destacaría el siguiente punto en este post; la isla de Huemul.
– Visitar la isla de Huemul y flipar con su historia
¿Nazis? ¿Laboratorios secretos con paredes de más de un metro de espesor? ¿Pruebas nucleares? ¿Recrear la energía del sol en una isla diminuta dentro de un Lago en plena Patagonia? ¿WTF…? Pues sí. La Isla de Huemul tiene más historia que una pareja de adolescentes de First Dates, amigos.
Y lo mejor de todo es que puedes visitarlo a tu bola; recorrer los laboratorios abandonados, alucinar con sus paredes y su cementerio nuclear enterrado a 12 metros bajo el suelo… ¡y flipar con el dineral que el gobierno de Argentina dio a los nazis en su día y que no sirvió para absolutamente nada!
Pero no te cuento más, tendrás que ir tú mismo a descubrirlo y enterarte de todo lo que sucedió allí. ¡Creepy de cojones!
– Recorrer la ruta de los 7 lagos
Una preciosa carretera que recorre, en poco menos de 200Km, 7 lagos únicos y diferentes entre sí. La ruta va entre Bariloche y San Martin de los Andes, por lo que te recomiendo que aproveches la ruta si vas a recorrer Sudamérica como hicimos nosotros para ir subiendo (o bajando).
Los lagos que se ven desde la propia carretera son los siguientes: Lago Nahuel Huapi, Lago Espejo, Lago Correntoso, Lago Escondido, Lago Villarino, Lago Falkner y Lago Machónico.
El final de la ruta de los 7 lagos termina en San Martin de los Andes, un pueblo muy bonito digno de paseo y bocata en su playa!
– Comer una milanesa en Dondera La Fonda
Dondera La Fonda o sino La Fonda del Tío; ambas opciones te sirven para ponerte literalmente hasta el culo de riquísima milanesa (siempre mejor de ternera) con todo lo que elijas. Nosotros fuimos con Gonzalo, pedimos dos milanesas para los tres y nos sobró casi una entera (y casi no tocamos las patatas!). Son gigantes y suelen ir cubiertas de mozzarella, chorizo, jamón, quesos y un largo etcétera.
¡Qué hambreeeeeee!
– Hacer un trekking y subir algún pico
Esta opción la descartamos por los calurosos días que nos tocaron y, no te voy a engañar, también porque estábamos bastante cansados de quemar pierna en los trekkings que hicimos en El Chaltén, la capital de las caminatas en Argentina.
Aún así, si te apetece trekking en Bariloche, puedes subir a Cerro Tronador, Cerro Frey o el increíble Cerro Catedral.
– Probar la cerveza artesanal y el chocolate
Cerveza artesanal y chocolate son la descripción de muchos locales en lo que a Bariloche se refiere. El chocolate no le probé, ¡pero las cervezas las caté todas! ¡y vaya si están buenas!
En Argentina está muy de moda tener tu propio growler (botella de 2 litros que se lava y se rellena en muchos lugares habilitados), por lo que es ya una rutina llenar un par de esos y disfrutar junto a los amigos de unas ricas cervezas artesanales. ¡Te recomiendo una buena IPA bien amarga o alguna cerveza negra!
Después de cuatro días disfrutando del sol en Bariloche volvimos a cruzar a Chile, en donde subí el imponente y activo Volcán Villarrica antes de poner rumbo a Santiago para coger el avión que nos llevaría a uno de los destinos más remotos del mundo; Isla de Pascua!