La visita a los templos de Angkor Wat por libre en 1 día fue probablemente de las cosas que mejor hicimos y más aprovechamos en Camboya. Y fue gracias a aplicarnos tres trucos que nos inventamos sobre la marcha y que te explico a continuación, justo después de la info útil.
Angkor Wat por libre: Info útil
– Precio (actualizado 2019): 1 día: 37$ / 3 días: 62$ / 5 días: 72$
– Horarios: de 5:00 de la mañana hasta las 17:00 de la tarde.
– Ubicación: 5Km al norte de la ciudad de Siem Reap (Camboya)
¿Cómo llegar a Angkor Wat y dónde dormir?
Para llegar a Siem Reap, la ciudad donde se encuentra Angkor Wat, puedes hacerlo a través de un vuelo directo a su aeropuerto o en autobús desde Tailandia o Vietnam. Nosotros lo hicimos desde Bangkok (Tailandia) y no fue nada fácil, ya que la mayoría de empresas que hacen el recorrido cruzando la frontera intentan timar a los viajeros al cruzar al país.
Para asegurarte al menos poder poner una reclamación si te pasa algo similar, te recomiendo que reserves el viaje (en autobús o en lo que sea) a través de la página de 12go.asia (la mejor para reservar transportes en el Sudeste Asiático!).
Para dormir nos dimos un “caprichito” (baratísimo igualmente) y nos quedamos tres noches en el hotel Amiral***, en el que pagamos sólo 6€ por noche cada uno gracias a una oferta que encontramos en Booking.com. Te lo recomiendo mucho por su maravillosísima piscina y su ubicación para visitar Angkor Wat por libre.
Trucos para recorrer a tope Angkor Wat por libre
Truco 1: Madruga y pedalea!
La alarma sonó a las 3:30 de la mañana. Habrá quien diga que eso no es madrugar, que directamente es no dormir, pero nosotros nos lo montamos bien y conseguimos acostarnos lo suficientemente pronto el día anterior como para estar fresquitos a esa hora.
Nos levantamos, nos dimos una ducha rápida y cogimos las bicis que habíamos alquilado el día antes en el hotel; evidentemente sin marchas ni “modernez” alguna.
Empezamos a pedalear aproximadamente 6 kilómetros hasta la taquilla de tickets situada en el cruce de Apsara Rd con Street 60, en donde compramos la entrada para un día. De nuevo pedaleamos hasta la puerta del recinto, a unos 5Km de las taquillas.
Truco 2: Haz el recorrido que quieras, pero al revés.
Si algo propició que el día en Angkor Wat por libre fuese genial fue no cruzarnos con turistas hasta la mitad del día más o menos. Al llegar prontito y antes del amanecer (sobre las 5:30), empezamos, como todo el mundo y por las impresionantes vistas del amanecer, viendo la salida del sol en el templo principal de Angkor Wat.
Nada más ver y disfrutar del amanecer, nos dimos la vuelta y empezamos el recorrido que haríamos (en nuestro caso elegimos el largo, de 28 Km) en sentido contrario. Esto supuso que los tres o cuatro primeros templos que vimos estuviesen prácticamente vacíos y pudimos disfrutarlos como si fuesen para nosotros solos. Créeme que no tiene absolutamente nada que ver pasear por unas ruinas tan especiales solo y tranquilo que hacerlo rodeado de japoneses y tours de chinos.
A medida que avanzaba el día, íbamos topándonos con los tours que empezaban a solapar la ruta en la dirección “normal” que suele hacer todo el mundo. Pero aun así buscábamos caminos alternativos que nos propiciaron un montón de sorpresas, entre las que tengo que destacar un grupete de niños camboyanos que estaban en medio de la nada jugando con cuatro trapos atados con una cuerda.
Truco 3: Hidrátate. Y no es coña.
Otra de las cosas que podía habernos arruinado el día (y que lo hizo justo cuando llegamos al hotel) fue no beber suficiente agua. Ese día las mínimas fueron de 28 grados en mitad de la noche y las máximas de 47 grados al mediodía. Una auténtica salvajada y más teniendo en cuenta que pedaleamos más de 80 Km a lo largo del día.
Bebe agua a tope, batidos y zumos de fruta fresca que te ofrecerán por todas partes y, si te encuentras un poco mal, descansa y tómate un respiro.
En mi caso, el ostión me lo di al llegar al hotel: Estábamos agotados y no se me ocurrió nada mejor que hacerme un bocata con el último paquete de chorizo pamplona que teníamos (y que guardábamos como oro en paño). Y me lo hice al sol, después de mil horas pedaleando y antes de darme un baño en la piscina. ¿Conclusión? Una insolación leve que me dejó K.O. en la cama hasta el día siguiente. Así que no seas cazurro como yo y tómate las cosas con calma.
Si quieres seguir leyendo sobre nuestro paso por Camboya puedes hacerlo en la Guía Completa para viajar a Camboya por libre. Y si quieres descubrir más aventuras a lo largo de nuestra ruta de 40 días por el Sudeste Asiático tienes todos los posts e historias aquí.